jueves, 14 de febrero de 2019

Compra del Titulo de Ciudad de Indios, Tehuacán




1602

Aún quedan en Tehuacán antiguo, moradores  en el lugar  que se llamó Santa María  Visitación. La denominación de Calcahualco “lugar de casas deshabitadas” fue adquirida mucho tiempo después.

 “Santa María de la Concepción y Cueva, conocido hoy por Calcahualco, la tradición lo señala como el Tehuacán antiguo, de cuyo sitio sus moradores fueron obligados a abandonarlo para fundar el actual Tehuacán. Calcahualco viene de cali, casa, caha, abandonar y co, lugar o sea lugar de casas abandonadas, quedando en la actualidad en ese sitio como vestigio los paredones de una iglesia y en su contorno, montones de piedras de chozas que fueron destruidas.

Tehuacán Significa estar con Dios, que descomponiéndose la palabra quiere decir Teotl, Dios, ihua, con él, y ca, está, o lo que es lo mismo que por aquel entonces corría la versión entre los habitantes de las distintas tribus del Valle aún no sometidas, que Tehuacán ya estaba con Dios y ya había aceptado la religión católica.”

Historia de la Fundación del Pueblo de San Gabriel Chilacatla, Formada con datos proporcionados por personas de la misma población, año 1962 | Gorgonio Gil y James A. Neely


1622

Los españoles fundan la mayor parte de las haciendas en la región, a través de donación y mediante licencia concedida por el Virrey Marqués  de Cerralvo.
  



“La ciudad de Tehuacán, cuyo título de ciudad data de 1654, era un asentamiento de indios fundado en 1567 con licencia del Virrey Marqués de Falces, a petición de los mismos naturales que abandonaron Calcahualco, situado a cinco kilómetros adelante, por ser su clima bastane inhóstipo. Probablemente la primera cabecera fue Cerro Colorado de donde se trasladó a Calcahualco en los años 1530 y de ahí a Tehuacán.

En 1570 había en la provincia de Tehuacán 6,430 tributarios indígenas distribuidos de la siguiente forma: 3 000 en Tehuacán, 2 000 en Zapotitlán, 500 en Coxcatlán, 400 en Chiapulco, 280 en Zoquitlán y 250 en Eloxochitlán. En 1791, la población indígena total del partido de Tehuacán sumaba 36,301 individuos.

En cuanto a los españoles, en 1643 se registraron 100 vecinos en Tehuacán. Hacia 1570 la población total de la provincia de Tehuacán difícilmente rebasaba los 25 000 habitantes, cifra que disminuyó hasta unos 7 000 habitantes hacia 1640 para elevarse 41 346 en 1791. En el Censo General de Población de 1910 se registran 84 670 habitantes.”

Origen y evolución de la hacienda en México, siglos XVI al XX | Memorias del Simposio Realizado del 27 al 30 de septiembre de 1989 | El Colegio Mexiquense A.C. Universidad Iberoamericana | Instituto Nacional de Antropología e Historia | 1990

 Galerías Filtrantes y Flujos de galerías.
Cuenca del Papaloapan 

 “Desde la época prehispánica existía en el Valle de Tehuacán un sistema de canales, llamados apantles o tecoatl, que surtía de agua a los pueblos. Esta infraestructura, compuesta por tres sistemas, fue aprovechada por los españoles para sus haciendas.

El primer sistema empezaba al oeste de Tehuacán, cerca del manantial San Lorenzo. El segundo se iniciaba cerca de San Marcos Necoxtla y se extendía al sureste, hacia Zinacatepec y Miahuatlán. Por estos canales corría el agua de los manantiales Cozahuatl, la Taza y Atzompa. El tercero, que era más pequeño estaba situado al norte de Venta Salada, cerca de Coxcatlán, por donde se conducía el agua del río Tilapa. Se cree que los dos primeros sistemas estaban unidos, formando uno solo de 25 km de longitud.

No es casual que precisamente en el área donde estaba construida esta red de canales se haya establecido la mayoría de las haciendas. En algunos casos los españoles obtuvieron las tierras mediante una merced real, y en otros ocupan terrenos aparentemente sin dueño de manera arbitraria; es decir, simplemente se apropiaban del espacio que les interesaba y se asentaban en él. En Tehuacán se establecieron las haciendas de San Lorenzo y el Riego. En el Valle de Tehuacán se instalaron varios molinos de trigo, entre ellos el de Calcahualco y el de San   Diego.

Existe una relación muy estrecha entre el nivel poblacional y el uso del agua, por ello en el siglo XVI no se presentaron muchos problemas debido a que los pobladores de la región habían sido diezmados por las epidemias, lo que hacía que el recurso hídrico fuera mayor; en 1548 los vecinos de Tehuacán sumaban 4 509 (del Paso y Troncoso, 1905:144), a principios del siglo XVII el número de indígenas había disminuido a 2 062, es decir, una reducción de 54%. Pero a partir de la segunda década del siglo XVII la población empezó a aumentar, debido a que hubo menos epidemias y al incremento en el número de europeos en la zona (Gerhard, 1986:270), lo que provocó un mayor requerimiento de tierra y de agua, lo que se pone en evidencia a partir de 1616 con el aumento considerable en el otorgamiento de mercedes reales tanto de tierra como de agua.

Entre los habitantes indígenas del Valle de Tehuacán, los únicos que recibieron mercedes reales fueron los caciques, que tenían una posición superior al resto de la comunidad, lo que les generó mayor poder económico y prestigio. Algunos españoles buscaban casarse con las hijas de estos caciques para acrecentar su patrimonio. Tal fue el caso de Juan Adame Infante que se casó con Catalina Magdalena, hija de un cacique de San Juan Axalpan.”

Distribución del Agua en San Juan Bautista Axalpan, Tehuacán, México, Siglo XVIII | Celia Salazar – Exaire | Centro INAH Puebla


1641

Don Juan de Palafox y Mendoza, Obispo de Puebla, seculariza la Capilla  de las Ánimas, cuyo patrono  fue  San Nicolás de Tolentino.



“Las haciendas, entendidas éstas como unidades económicas productoras de bienes agrícolas y ganaderos, adquirieron sus rasgos principales en el siglo XVII, rasgos que perdurarían hasta el último tercio del siglo XIX. Algunos historiadores sitúan el origen de la hacienda en la apropiación ilegal de las tierras de las comunidades indígenas, entendiendo esta apropiación como un acto individual. Presuponen además que el crecimiento constante de la superficie hacendaria se logró mediante la obtención de mercedes reales, donaciones, compras y, especialmente, usucapiones de tierras comunales. Este crecimiento, se argumenta fue continuo y alcanzó su máxima expresión durante el porfiriato (Mórner, Magnus. “La hacienda hispanoamericana: examen de las investigaciones y debates recientes, en Haciendas, latifundios y plantaciones en América Latina, coord. Enrique Florescano, Siglo XX, 1975, p.26)... En la provincia de Tehuacán, por ejemplo, la Compañía de Jesús fue la única orden con fincas y aprovechó las composiciones para obtener el reconocimiento de 3000 hectáreas que equivalían al 3.4% del total.”

Universidad de México, Revista de la Universidad Nacional Autónoma de México


“Catedral.- Cuadro de ánimas en el lado izquierdo del tracepto. Época: siglo XIX; Pintor: Anónimo. Es un cuadro sencillo, en la sección de la Iglesia Purgante un grupo de ánimas ruega a la Virgen del Carmen para ser rescatadas del Tercer Lugar. La Virgen del Carmen se acompaña del Niño Jesús y de dos ángeles que le ayudan a recatar purgantes.
Catedral.- Cuadro de ánimas en un cuartito cerca del brazo izquierdo del crucero. Época: siglo XIX. Pintor: anónimo. Es un cuadro sencillo, abajo la misma Iglesia Purgante que solicita ayuda, arriba la Sagrada Forma, que es ayudada por varios ángeles para rescatar purgantes.”

Los Cuadros de ánimas
Mariano Monterrosa

  

1660

Naturales de Tehuacán  compran a la corona española el título de Ciudad de Indios, con todos los privilegios que le fueron otorgados a la ciudad de Tlaxcala.


“A raíz de una real cédula del primero de junio de 1659 en que el rey ofrecía de nuevo títulos de ciudad a aquellos poblados que pagaran una cuota, los vecinos españoles del pueblo de Tehuacán solicitaron que se les llamara villa ofreciendo para ello 1 000 pesos. La queja por parte de los caciques indios de Tehuacán, que ya estaban organizados en un cabildo, no se dejó esperar y, alegando la vieja prohibición de que los españoles no debían vivir entre los indios, exigieron que fuera a ellos a quienes se les otorgara el título, y no de villa sino de ciudad. Para ello ofrecían, además de los 1 000 pesos, otros 3 059 procedentes de un legado testamentario que le dejó al pueblo Alonso Prieto Bonilla. El rey, por medio de su virrey el duque de Alburquerque, aceptó la oferta y en 1660 concedió el título y escudo a Tehuacán, con los mismos privilegios que tenía la ciudad indígena de Tlaxcala. (Toda esta información se encuentra en un documento de 1757: “Testimonio de Real título de ciudad de Nuestra Señora de la Concepción de Tehuacán”. Está transcrito en Antonio Peñafiel, Ciudades Coloniales…,p.95 y ss.

Con la concesión del título de ciudad a Tehuacán se le dio también un escudo dividido en cuatro cuarteles, cuyas características recuerdan los antiguos emblemas indígenas concedidos en el siglo XVI a ciudades como Tzintzuntzan y Tacuba, llenos de alusiones a la guerra y al mundo prehispánico…”
Los escudos urbanos de las patrias novohispanas
Antonio Rubial García
Facultad de Filosofía y Letras
Universidad Nacional Autónoma de México


2 comentarios:

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  2. Entonces técnicamente a Tehuacán nunca la conquistaron los Españoles, inteligentemente adoptaron el Catolicismo y al comprar el Título de Ciudad tuvieron los mismos privilegios que Tlaxcala que era aliados de los españoles es algo así?

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