viernes, 8 de febrero de 2019

Datos históricos de Tehuacán



El 16 de marzo de 1660 los indígenas compraron a la corona española el título de “Ciudad de Indios”, así que el 16 de marzo de cada año celebramos su aniversario con un festival donde nos acompañan varias celebridades, hay exposiciones y ventas de artesanías de múltiples lugares y otros eventos más.



El municipio de Tehuacán cuenta con una extensión territorial de 524 km2 de los cuales 35 km2 corresponden a la actual mancha urbana, la cual se encuentra distribuida en 108 colonias, 168 fraccionamientos y 12 juntas auxiliares.

Significado de su nombre en náhuatl según Fray Juan de Torquemada es: TEO: Dios, HUA: Su o sus y CAN: Lugar, es decir “Lugar de Dioses”. Fue habitado por comunidades aldeanas 8500 años a.C., tribus chocho-popolocas se establecieron en Calcahualdo, lugar conocido como “Tehuacán Viejo”.

De acuerdo a numerosos estudios realizados, en Tehuacán se encontraron los primeros vestigios de maíz por lo que es conocido como “Cuna del Maíz”, Paul C. Mangelsdorf demostró que en el Valle de Tehuacán se tenía una secuencia completa que va del maíz silvestre a las variedades que existían a principios del siglo XVI (Emily McLung de Tapia, “La domesticación del maíz” en Arqueología Mexicana, pp. 34-39); Al igual las evidencias más antiguas de frijol (también conocida como alubia, judía, habichuela) se localizan en este Valle y tienen una antigüedad de por lo menos 6 mil años (Pueblo del Maíz, La cocina ancestral de México, Expediente técnico para la postulación como patrimonio inmaterial y oral de la humanidad e la UNESCO).

Es llamada también centro hidromineral debido que goza de gran cantidad de galerías filtrantes y circula agua manantial rica en minerales por escurrimientos subterráneos que descienden del pico de Orizaba, manantial Alhuelican, .El Riego, Garci – Crespo, San Lorenzo, Peñafiel, San Miguelito y otros.

Figura: Tláloc, Fuente: https://www.pinterest.ca/pin/507851295450818788/

Hace varios millones de años, el valle de Tehuacán era el fondo del lecho marino. Al bajar, el mar dejó al descubierto lobas redondeadas y valles anchos, yacimientos de fósiles marinos y los depósitos de agua salada que se utilizan hasta el día de hoy para la producción de sal. El Valle fue ocupado en tiempos prehistóricos por culturas que domesticaron plantas como el maíz: en las cuevas de Coxcatlán, el arqueólogo MacNeish encontró residuos de maíz de varías épocas que brindaron la prueba de la invención humana en su evolución. Los antiguos habitantes del valle construyeron también obras hidráulicas – estanques para captar el agua de lluvia y canales de riego – como la presa del Purrón, que es, con sus 2500 años, una de las más antiguas del mundo.

Con excepción de la tierra y el agua, la sal fue el recurso natural más valioso en el valle de Tehuacán, Puebla, en la segunda mitad del siglo XVI. La sal fue una mercancía básica dentro de los sistemas de intercambio, que incluían tanto materias primas como productos elaborados y que abarcaban una enorme región, desde Guatemala hasta Pachuca, Hidalgo. La importancia de este recurso no fue menor en la época prehispánica; el gran número de sitios de producción salinera pertenecientes a la fase Venta Salada (ca. 700-1540) y su amplia distribución indican que esta era una industria básica en el Postclásico. En gran medida, la distribución de sitios salineros en el valle de Tehuacán coinciden con la formación geológica de Tehuacán, que consiste en sedimentos ricos en material salino que se depositaron cuando parte del valle estaba todavía cubierta bajo las aguas del mar (Sisson, 1973:81). Aunque los documentos publicados del siglo XVI no dejan duda de que el cloruro de sodio fue un bien de comercio estratégico, dicen muy poco sobre las salinas o los métodos de producción. La industria salinera de Coxcatlán se centraba alrededor de los pueblos sujetos de San Pedro Ontontepetl, San Gerónimo Asuchitlan y San Juan Axuxco. El Pueblo de Zapotitlán Salinas, como indica su nombre, fue una fuente salinera extremadamente importante en el periodo colonial, y hoy es el centro de las salinas más productivas en el valle de Tehuacán.

Antes de la conquista en el valle de Tehuacán se emplearon dos métodos de evaporación: solar y por fuego. Para el primero todo lo que se necesitaba era un contenedor impermeable, como los patios grandes y poco profundos que se han preservado en el registro arqueológico.  Actualmente los patios se vuelven impermeables con una capa de aplanado de cal sobre una base de piedras pequeñas. Para obtener cal podría requerirse de un horno, mismo que podría conservarse en el registro arqueológico (Sisson, 1973:91). El segundo método para obtener sal cristalizada a partir de salmuera era calentándola sobre un fuego lento. Este proceso era mejor que el anterior, puesto que no se requería de una gran inversión de capital para construir los patios. Sólo se necesitaba de un contenedor para la salmuera, una hoguera y algún soporte para mantener el recipiente sobre la lumbre.

Se ha reportado para Tehuacán un significativo aumento en la cantidad de sal producida durante el Postclásico, y parece bastante probable que hubo otro importante aumento en la producción a mediados del siglo XVI en respuesta a la demanda de cloruro de sodio para procesamiento de plata (Sisson, 1973:94). La prospección arqueológica realizada en el valle de Tehuacán descubrió una cantidad de sitios que tenían tanto patios de evaporación solar como cilindros de cerámica sólida moldeados a mano y vasijas burdas de barro.

De acuerdo al plano general a detalle del acuífero del valle de Tehuacán digitalizado por el Comité Técnico de Aguas Subterráneas de la Comisión Nacional del Agua en el valle existen al menos 61 Galerías Filtrantes y 88 Pozos. El manto acuífero del valle es rico en bicarbonatos, calcio, cloruro, magnesio, sodio, sulfatos, por mencionar algunos elementos.

En el año 2005 Tehuacán se encontraba en el lugar número 35 en la tabla de “Zonas metropolitanas de México, 2005” de acuerdo a datos estadísticos de Sedesol, CONAPO e INEGI. Con un índice de desarrollo humano alto en el mismo año de acuerdo al PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo).

El 18 de septiembre de 1998 se decreta el Área Natural Protegida "Reserva de la Biosfera Tehuacán - Cuicatlán" (RBTC) con una superficie de 490,186-87-54.7 Hectáreas, en cuya superficie viven más de 35 mil personas y representa el hogar de diferentes especies de flora y fauna, entre ellas 2 mil 700 clases de plantas la mayoría endémicas y 338 especies de aves, 131 especies de mamíferos, 18 especies de peces, 27 especies de anfibios y 85 especies de reptiles. La RBTC en su categoría ocupa el primer lugar en extensión territorial en el país y está conformada por 20 municipios dentro de los cuales se encuentra Tehuacán del cual abarca el 44% del territorio municipal.

El biólogo, José Carlos Pizaña Soto, encargado de las oficinas de la RBTC, señala que el Valle de Tehuacán - Cuicatlán, donde se encuentra inmersa la RBTC es considerado uno de los principales centros de diversidad biológica en México por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), dada su gran variedad de formas de vida, así como su alto índice de endemismo (únicos) que hacen de esta región un núcleo de gran relevancia para la conservación. Su paisaje milenario es uno de los más emblemáticos de Mesoamérica y su territorio está poblado por ocho grupos étnicos diferentes.

Actualmente la RBTC forma parte de la Red Mundial del Programa El Hombre y la Biosfera (MaB) impulsado por la UNESCO cuyo objetivo es sentar las bases científicas que coadyuven al desarrollo sostenible.

En el valle de Tehuacán el agua es un elemento de gran importancia y uno de sus principales riquezas naturales. Donde podemos encontrar el agua distribuida en manantiales, pozos, galerías filtrantes. El agua es distribuida en el valle por una red de canales, uno de sus usos principales es para el cultivo en parcelas de riego.

Figura: Xipe Tótec
Fuente: https://www.proceso.com.mx/565964/confirman-hallazgo-de-templo-a-xipe-totec-en-zona-arqueologica-de-puebla

El agua en el valle de Tehuacán es administrada por un elaborado sistema descentralizado formado por asociaciones de galerías filtrantes, manantiales, de zanjas, de canales y organizaciones de agua comunitaria. Asociaciones formadas debido al alto número de fuentes de agua existentes, las cuales incluyen manantiales, galerías filtrantes, pozos profundos, derivaciones y manejo de aguas broncas.

Se habla de la preexistencia de una red hidráulica, que data de la época prehispánica, la cual es probable que haya sido ampliada en el siglo XIX al construirse las galerías filtrantes, y por los cambios respecto a la propiedad y renta del agua debido al uso en esa época de este elemento para el riego de parcelas.

El valle de Tehuacán colinda al norte con el estado de Puebla y al sur con el estado de Oaxaca, desciende desde Tecamachalco con una altitud de 2,045msnm hasta Teotitlán del Camino, Oaxaca a unos 1,000 msnm. Limita al Norte con la sierra Zongolica, que forma parte de la sierra madre de Oaxaca, al sudeste por la sierra Mazateca y al sur y al oeste por la sierra de Zapotitlán y otros cerros que forman parte de la sierra de la Mixteca. Posee un clima libre de heladas, con una precipitación insuficiente, recibiendo más lluvia al este del valle que al centro. En promedio de una forma irregular tiene 9 meses de sequía con tres de lluvia.

El río Salado o Tehuacán, llamado así por el alto contenido de sales de sodio que contiene, recorre el valle por la parte este, el río y las barrancas en su recorrido son de régimen pluvial. El valle forma parte de la región hidrológica 28 de la cuenca del Papaloapan, subcuenca río Salado.

Las inundaciones estacionales de los ríos Salado y Zapotitlán depositan nuevas capas de suelo aluvial, haciendo que la tierra a lo largo del río sea la mejor para la agricultura. La salinización creada por la gradual concentración de sales de calcio y carbono depositados en el suelo con el agua usada para regar y la formación de caliche resultado de la concentración de calcio al formar una capa dura debajo de la superficie, la cual impide el drenaje, son dos problemas fundamentales en lo que respecta a la agricultura en el valle.

En lo que concierne al cultivo de riego en la región sobresalen el maíz para elote, maíz, caña de azúcar, alfalfa, hortalizas como ajo, jitomate, calabacita, melón, frijol, tomate, chile, rábano, tomate verde y algunas especies frutales como papaya y limón. Gran parte de las áreas dedicadas al cultivo son pequeños predios conocidos como “pancle”.


Figura: Terreno de cultivo de maíz en el municipio de Tehuacán

El regadío en el valle resulta ser uno de los más antiguos en Mesoamérica, al igual es importante centro de domesticación de plantas. La presa Purrón ubicada sobre un arroyo intermitente llamado Lencho Diego (700 a. de C.) en el valle de Tehuacán, es la primera presa de riego conocida arqueológicamente en México, la cual se reporta estuvo en uso cerca de 900 años (Campos pp.25).

Henao indica que existía un sistema de canales interconectados que abastecían varias poblaciones, a la cual le llama Red Hidráulica prehispánica, sistema que partía de llano de La Taza, del manantial principal San Andrés o La Taza, bajando luego a San Francisco Altepexi, el cual conecta con el manantial Atzompa y se extiende hasta San José Miahuatlán, Zinacatepec y otros lugares. La conexión de estos sistemas de riego forman uno solo con una longitud aproximada de 25 km. Cuya destrucción se dio en el siglo XVII y XVIII por la apropiación de aguas por las haciendas.

Hoy día existe una red hidráulica que parte de los manantiales, de los cuales algunos se secaron y sus aguas fueron rescatadas con la construcción de galerías filtrantes.

Una de las más importantes fuentes de distribución de agua son las Galerías filtrantes o pocerías, la cual posiblemente tenga origen prehispánico, sin embargo en estudios de Henao las primeras galerías en Tehuacán datan del siglo XIX, la primera del municipio de Ajalpan en 1886. La construcción de galerías iniciada en las haciendas es rápidamente adoptada por las comunidades.

Una galería filtrante es un sistema compuesto por un túnel horizontal subterráneo que conecta perforaciones verticales; a través de estos se captan veneros de agua de los mantos freáticos y se conducen hasta un punto donde aflora a la superficie, a partir de lo cual será conducida por canales superficiales y distribuida a los terrenos de cultivo (Campos pp.94). Resultando una complicada obra de ingeniería para la extracción de agua de los mantos freáticos en pro de la actividad agrícola.

Figura: Galería Filtrante del Valle de Tehuacán

El túnel de una galería filtrante es una apertura horizontal de entre 1.80 y 2.00 metros de altura por 0.60 a 0.70 metros de anchura, que penetra en los mantos freáticos captando las filtraciones y veneros de agua subterránea y va siguiendo la pendiente natural del terreno hasta salir o aflorar a la superficie (Campos pp.96).



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