miércoles, 5 de agosto de 2020

Historia de la Sal en Tehuacán

Historia de la Sal en Tehuacán

Fotografía de parajes en Zapotitlán Salinas

Hace varios millones de años, el valle de Tehuacán era el fondo del lecho marino. Al bajar, el mar dejó al descubierto lobas redondeadas y valles anchos, yacimientos de fósiles marinos y los depósitos de agua salada que se utilizan hasta el día de hoy para la producción de sal. El Valle fue ocupado en tiempos prehistóricos por culturas que domesticaron plantas como el maíz: en las cuevas de Coxcatlán, el arqueólogo MacNeish encontró residuos de maíz de varías épocas que brindaron la prueba de la invención humana en su evolución. Los antiguos habitantes del valle construyeron también obras hidráulicas – estanques para captar el agua de lluvia y canales de riego – como la presa del Purrón, que es, con sus 2500 años, una de las más antiguas del mundo.

 

Fotografía del área urbana de Zapotitlan Salinas, año 2010

 

Con excepción de la tierra y el agua, la sal fue el recurso natural más valioso en el valle de Tehuacán, Puebla, en la segunda mitad del siglo XVI. La sal fue una mercancía básica dentro de los sistemas de intercambio, que incluían tanto materias primas como productos elaborados y que abarcaban una enorme región, desde Guatemala hasta Pachuca, Hidalgo. La importancia de este recurso no fue menor en la época prehispánica; el gran número de sitios de producción salinera pertenecientes a la fase Venta Salada (ca. 700-1540) y su amplia distribución indican que esta era una industria básica en el Postclásico. En gran medida, la distribución de sitios salineros en el valle de Tehuacán coinciden con la formación geológica de Tehuacán, que consiste en sedimentos ricos en material salino que se depositaron cuando parte del valle estaba todavía cubierta bajo las aguas del mar (Sisson, 1973:81). Aunque los documentos publicados del siglo XVI no dejan duda de que el cloruro de sodio fue un bien de comercio estratégico, dicen muy poco sobre las salinas o los métodos de producción. La industria salinera de Coxcatlán se centraba alrededor de los pueblos sujetos de San Pedro Ontontepetl, San Gerónimo Asuchitlan y San Juan Axuxco. El Pueblo de Zapotitlán Salinas, como indica su nombre, fue una fuente salinera extremadamente importante en el periodo colonial, y hoy es el centro de las salinas más productivas en el valle de Tehuacán.

 

Antes de la conquista en el valle de Tehuacán se emplearon dos métodos de evaporación: solar y por fuego. Para el primero todo lo que se necesitaba era un contenedor impermeable, como los patios grandes y poco profundos que se han preservado en el registro arqueológico.  Actualmente los patios se vuelven impermeables con una capa de aplanado de cal sobre una base de piedras pequeñas. Para obtener cal podría requerirse de un horno, mismo que podría conservarse en el registro arqueológico (Sisson, 1973:91). El segundo método para obtener sal cristalizada a partir de salmuera era calentándola sobre un fuego lento. Este proceso era mejor que el anterior, puesto que no se requería de una gran inversión de capital para construir los patios. Sólo se necesitaba de un contenedor para la salmuera, una hoguera y algún soporte para mantener el recipiente sobre la lumbre.

 

Fotografía de parajes en Zapotitlán Salinas

 

Se ha reportado para Tehuacán un significativo aumento en la cantidad de sal producida durante el Postclásico, y parece bastante probable que hubo otro importante aumento en la producción a mediados del siglo XVI en respuesta a la demanda de cloruro de sodio para procesamiento de plata (Sisson, 1973:94). La prospección arqueológica realizada en el valle de Tehuacán descubrió una cantidad de sitios que tenían tanto patios de evaporación solar como cilindros de cerámica sólida moldeados a mano y vasijas burdas de barro.

 

Fotografía del Valle de Zapotitlán Salinas

 

Las salinas han sido construidas en abanico en las laderas del cañón del río Zapotitlán. La técnica utilizada para la producción de sal es la evaporación solar. El agua salada se distribuye entre “parajes” o cuadros, construidos en terrazas, cuyo fondo está compuesto de piedras de río.

 

Fotografía de parajes en Zapotitlán Salinas

Estos cuadros poco profundos – alrededor de 10 centímetros- cambian de color según el tiempo de exposición del agua salada al sol, pasando del verde claro al ocre y al blanco cuando la sal empieza a “granear”. La capa superior de la sal está destinada al consumo humano, lo demás a los animales. El ciclo completo tiene una duración de tres meses. La sal se recoge en cestas y se almacena en las numerosas cuevas que se abren arriba de las salinas. Cruces antiguas de piedra encalada y cruces más recientes de madera pintada con colores vivos y adornadas con listones protegen cuadros y cuevas.

En 1920 Don José Garci-Crespo se estableció en la ciudad de Tehuacán, Puebla y creo la Empresa Laboratorios José Garci-Crespo en la Junta Auxiliar de San Nicolás Tetitzintla, donde produjo la famosa Sal de Tehuacan y Magnesia La Purísima, además de las esencias para refrescos, sales hepáti­cas, tratamiento de Ósmosis y osmosis reversible para tratamiento de aguas de todas clases. 

En 1922 la Sal de Tehuacan obtuvo el Premio Nacional a la Calidad.

 

Referencias:

“Antecedentes e Hitos de la Familia Garci-Crespo Alatorre”

Jose Javier Garci-Crespo Alatorre

“Lugares de México, Descubre nuevos destinos”

Anne Bonnefoy

La Sal de la Tierra:

Etnoarqueología de la Producción Salinera

Eduardo Williams

 

 

 

 


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